Si convives con un perro, es muy probable que en algún momento lo hayas visto lamiéndose insistentemente la zona del ano. No falla: de repente, empieza a girar sobre sí mismo, se sienta bruscamente para rascarse contra el suelo, o se lame con mucha desesperación como si le pasara algo. Y claro, la pregunta llega sola: ¿es normal o hay algo que no va bien cuando mi perro se lame tanto la zona del ano?
Aunque este comportamiento puede parecer anecdótico o simplemente una manía, puede estar alertándonos de una patología importante que requiere atención veterinaria. No se trata solo de higiene o de una conducta extraña sin más. Detrás de ese lamido excesivo puede esconderse dolor, inflamación, infecciones o problemas en las famosas glándulas anales.
En este artículo te explicamos por qué los perros se lamen la zona anal, qué señales indican que debemos acudir al veterinario, cómo prevenirlo y, sobre todo, cómo actuar con tranquilidad y cariño. ¡Así que quédate para estar más informado que nunca sobre las conductas de los perros!
Razones por las que un perro se lame tanto la zona del ano
Porque algo pica, duele o molesta más de lo normal
Los perros no hacen nada sin motivo. Y si se lamen la zona del ano con insistencia, es porque algo ahí les incomoda intensamente. Puede que se trate de una pequeña irritación… o puede que haya una inflamación que va en aumento.
El primer paso es observar la frecuencia y el contexto: si lo hace una vez de forma esporádica, probablemente no sea grave. Pero si ocurre varias veces al día, arrastrando el trasero por el suelo o llorando mientras lo hace, toca acudir a un veterinario especializado en perros.
Las glándulas anales: las grandes sospechosas
Las glándulas anales o sacos anales son dos pequeñas bolsas situadas a ambos lados del ano, aproximadamente a las 4 y las 8 si imaginamos un reloj. Producen una secreción oleosa y muy olorosa que los perros usan como firma química: es su tarjeta de presentación para otros animales.
En condiciones normales, estas glándulas se vacían al defecar, y ayudan también a lubricar la salida de las heces. Pero cuando no se vacían bien, por ejemplo, si las heces son demasiado blandas o si hay sobrepeso, sedentarismo o inflamación, el contenido se acumula, se espesa y obstruye la salida. Ahí es cuando empiezan los problemas: incomodidad, inflamación, picor… y ese lamido loco que tanto nos preocupa.
Signos de que hay un problema con las glándulas anales
- Lamido insistente del ano o base de la cola.
- Arrastrar el trasero por el suelo.
- Dolor al sentarse o al tocar la zona.
- Mal olor o más fuerte de lo habitual.
- Presencia de secreción marrón o amarillenta.
- Bultos o inflamación cerca del ano.
- Cambio en el comportamiento como irritabilidad, llanto, evitar sentarse.
Si no se actúa a tiempo, las glándulas pueden infectarse, formarse abscesos, acumulaciones de pus, o incluso romperse, dando lugar a fístulas anales, que son heridas abiertas extremadamente dolorosas. Por eso es muy importante, que si ves a tu perro lamerse el ano de manera frecuente pidas una cita con el veterinario para un chequeo completo.
¿Y si no son las glándulas? Otras causas del lamido anal en perros
Aunque las glándulas son el motivo más habitual, existen otras causas que pueden provocar que tu perro se lama la zona anal:
Parásitos intestinales
Los gusanos intestinales, sobre todo los oxiuros o tenias, pueden provocar picor intenso en el recto. En ocasiones, incluso pueden observarse pequeños fragmentos blancos como granos de arroz en las heces o en la zona anal.
Alergias alimentarias o ambientales
Las alergias también pueden provocar irritación perianal. Cuando un perro sufre dermatitis atópica o intolerancia a ciertos ingredientes, puede manifestarlo con picor generalizado, que incluye el área anal.
Problemas dermatológicos
Hongos, dermatitis o infecciones bacterianas pueden afectar la piel alrededor del ano, generando molestias importantes. Incluso una picadura de insecto o una reacción a productos químicos (como el champú) puede desencadenar el lamido.
Estreñimiento
Cuando un perro tiene dificultad para defecar, puede experimentar molestias en la zona anal y lamerse como forma de aliviarse. También pueden aparecer pequeñas fisuras o hemorroides caninas (sí, existen).
Problemas de comportamiento
En algunos casos, sobre todo si el perro pasa muchas horas solo o está estresado, el lamido puede volverse compulsivo. No es lo más frecuente, pero no debe descartarse sin una revisión veterinaria previa.
El lamido excesivo de la zona anal en perros nunca debe ser ignorado. Es un síntoma que, aunque en apariencia parezca inofensivo, puede estar señalando un problema real de salud.
La buena noticia es que la mayoría de estos problemas tienen solución sencilla si se detectan a tiempo. En muchos casos, un simple vaciado manual de las glándulas anales por parte del veterinario basta. En otros, se requerirá tratamiento antibiótico, antiparasitario, cambios en la alimentación o correcciones de conducta.
Lo importante es no normalizar este comportamiento si es repetitivo, y pedir cita lo antes posible. En nuestra clínica veterinaria, entendemos que cada gesto y cada cambio de comportamiento cuentan. Por eso, te escuchamos, te explicamos y te guiamos paso a paso.
Porque cuando se trata del bienestar de tu perro, no hay pregunta tonta. Y porque prevenir, como siempre, es la mejor forma de cuidar. ¡Llámanos para solicitar una cita!
Referencias bibliográficas
- Asociación Española de Veterinarios de Pequeños Animales (AVEPA). (2023). Problemas anales en perros y gatos. Recuperado de https://avepa.org
- Merck Veterinary Manual (2022). Anal sac disorders in dogs. Recuperado de https://www.merckvetmanual.com
- Greene, C. E. (2020). Infectious Diseases of the Dog and Cat. 5ª edición. Elsevier.
- Universidad Complutense de Madrid – Hospital Clínico Veterinario. (2021). Patologías frecuentes en la zona perianal de caninos.
- Royal Canin Vet Care. (2023). Salud digestiva y anal en perros.